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Del segundo encuentro hace ya casi un año, fue la pasada primavera; del primero hace más de una década. Luego el artículo tardó mucho en publicarse, no se publicó hasta noviembre pasado, y yo he tardado aún más en traerlo aquí junto con la primera entrevista que le hice para componer este díptico y este juego entre nosotros.

Alejandro Palomas_Una madre_en blog Eva Muñoz

Las fotos no dan fe de ello porque (no sé si por azar o porque el editor del artículo quiso mostrar esa otra tarde a la que alude el título con una fotografía de entonces) ambas son de 2002, pero el paso del tiempo le ha sentado bien a Alejandro. Yo creo que nos ha sentado bien a los dos. Otra cosa es lo amable que haya sido en su paso, y en su peso, sobre nuestra piel y nuestros huesos. En su caso ha sido amable. Su rostro es menos afilado que antes, es el de alguien más tranquilo.

El tiempo es implacable o, como poco, es ciego, así es que es mérito nuestro y no del tiempo que nos haya sentado bien. Caben unas cuantas cosas en una década, algunas importantes. Yo creo que los dos escribimos mejor, por ejemplo. Creo que Alejandro es mejor escritor ahora y yo soy mejor periodista. Alejandro reivindicaba no hace mucho en facebook que él no es una familia, que él ha elegido no formar una familia, estar solo. Yo creo, y no es porque tenga especial interés en defender la familia y mantener (o mejor, cultivar) una me parece arduo y mantener la individualidad dentro de una más arduo todavía, que él y Rulfo, su perro, son una familia. Yo también he formado una familia con mi hijo Rodrigo.

Alejandro Palomas_El tiempo del corazón_en blog Eva Muñoz

No son logros menores para estos tiempos que todo lo fagocitan. Démonos la enhorabuena en este 2015 que empieza, Alejandro. También por lo que ha quedado fuera de cuadro.

Hasta la próxima tarde.