Persianas metálicas bajan de golpe
27 sábado May 2023
27 sábado May 2023
15 sábado Abr 2023
01 sábado Abr 2023
Fue una delicia leer el último libro de Edgardo Scott Caminantes. Lo leí como quien bebe un vaso de agua porque es breve, está muy bien escrito y está lleno de reflexiones y referencias interesantes; y del mismo modo escribí esta breve reseña para el Cultura/s de La Vanguardia, que además quedó bonita.
28 sábado Ene 2023
Cuando hace unos años leí su Testo yonki, me produjo una sensación ambivalente: me atrapó su estilo y su fuerza narrativa y me cabreó un montón su loa a la testosterona. La que (entonces era Beatriz) se presentaba como una feminista radical concluía que la verdadera fuente de potencia creativa y sexual era la hormona masculina. Con Dysphoria mundi, que hoy reseño muy brevemente para el Cultura/s de La Vanguarida, me ha vuelto a pasar.
Si una de las críticas centrales que recoge el libro a nuestro sistema heteropatriarcal es su “binarismo” radical, ¿por qué tengo la impresión de que al trans se le invita a inscribirse en ese binarismo cuando se le conmina a identificarse de manera unívoca con un sexo (solo que distinto a su sexo biológico) al prescribírsele un programa de cirugía y hormonación de por vida (prácticas, por cierto, muy invasivas)? No es en absoluto el tema central del libro, que es una crítica -lúcida, creativa- a un sistema capitalista que parece avanzar hacia su propia destrucción generando grandes dosis de dolor y muerte, pero la cuestión, no obstante, sigue ahí, entre otras simplificaciones y contradicciones que el trabajo de Preciado incorpora.
Podéis leer la reseña completa más abajo.
En su último libro, Paul B. Preciado (Burgos, 1970), diagnosticado de disforia de género, realiza lo que podríamos describir como un gran salto de eje y concluye que no es él quien está enfermo sino el mundo que habita y que trata de imponerle a él esa categoría. Dysphoria mundi impugna la idea de disforia como expresión de una patología individual para convertirla en herramienta de análisis, vanguardia de la revuelta y categoría con la que describir tanto nuestro “dislocado” mundo contemporáneo, como el abismo “epistémico y político” que separaría un régimen capitalista o “petrosexorracial” que avanza inexorablemente hacia su propia destrucción del mundo en construcción que está emergiendo a partir de los actos de disidencia que llevan a cabo los “cuerpos vivos” subalternizados que se resisten a ser reducidos a energía productiva o reproductiva. Una brecha que con la crisis del covid -momento en que se gesta este trabajo- alcanza un punto de no retorno.
Paul B. Preciado es filósofo, curador de arte y escritor, autor de libros como Manifiesto contrasexual; Testo yonqui. Sexo, drogas y biopolítica; Pornotopía. Arquitectura y sexualidad en “Playboy” durante la guerra fría o el más reciente Un apartamento en Urano. Crónicas del cruce. Al hilo de una producción literaria que mezcla el ensayo filosófico y cultural con la autoficción, Preciado ha transitado del género femenino al masculino (antes era Beatriz, de ahí esa B. a modo de rastro de su anterior identidad) y de los márgenes al centro del pensamiento contemporáneo occidental, convirtiéndose en figura de referencia de la teoría queer, con influencia de autores como Michel Foucault o Judith Butler, lectora cómplice de este libro y que lo ha saludado como una “obra monumental”.
Dysphoria mundi es en efecto una obra monumental y ambiciosa, una obra mundo, un texto híbrido donde se mezcla el ensayo, el diario personal, la poesía o el panfleto. Un libro de una gran fuerza creativa, tan lúcido y lleno de metáforas y hallazgos como simplificador o contradictorio y que por momentos resulta incluso moralizante, crístico.
18 sábado Jun 2022
Reseña del libro de Nathalie Léger, publicada en el Cultura/s de La Vanguardia.
La escritora, editora y comisaria de arte Nathalie Léger (París, 1960) recibe un día el encargo de escribir una entrada para un diccionario de cine acerca de Barbara Loden, directora de un único film, Wanda, ganador del premio a la Mejor Película Extranjera en el festival de Venecia de 1970 y convertida pronto en película de culto. Léger siente en seguida una suerte de fascinación por Loden, una mujer algo esquiva, hermosa, herida, segunda mujer del cineasta Elia Kazan… y se sumerge en una investigación que en seguida desborda el contenido de su encargo y está en el origen de este libro y de un periplo que le lleva de la Costa Azul hasta Nueva York, pasando por la región minera del estado de Pensilvania.
El libro es el relato de ese viaje y de su investigación, que adopta la forma de un gran mosaico en el que la autora intercala digresiones acerca de su propia vida y de la de su madre y nos va narrando de manera fragmentaria el film de Wanda y la vida de la mujer en la que la cineasta se inspiró para construir la película: Alma Malone, que participa en una atraco y, cuando es detenida, da las gracias por entrar en prisión. Alter ego confeso de Barbara Loden, Wanda parece una mujer desnortada y, sin embargo, con una genuina resistencia y determinación a seguir adelante aunque tal vez ni ella ni nosotros sepamos muy bien en qué dirección o con qué objeto. ¿Qué es lo que atrapa a Nathalie Léger de Barbara Loden y de Wanda? ¿Qué es lo que nos atrapa? Marguerite Duràs, reconocía en Wanda/Loden ese “algo inviolable, hermético y decisivo” que hay en cada uno de nosotros y que la sociedad no puede penetrar. Un algo que quizá es tanto más llamativo cuanto más pasivo y obstinado, como Wanda, resulta un personaje.
Un libro que puede ser leído como la lucha íntima de muchos seres heridos para expresarse e individuarse. “Por eso hice Wanda. Era una manera de confirmar mi propia existencia”. Un libro que encierra la extraña poesía de los paisajes desolados y de ciertas vidas ordinarias, pero no comunes.
23 lunes May 2022
Posted Acerca del cuerpo, Cultura, Libros
inL’article d’aquesta setmana al Cultura/s de La Vanguardia és una reflexió entorn la dimensió política de la malaltia a propòsit de la publicació d’Els diaris del càncer, d’Audre Lorde. Podeu llegir el text sencer més avall.
La editorial Cal·lígraf acaba de publicar Els diaris del càncer, de la poeta, ensayista y activista afroamericana Audre Lorde (Nueva York, 1934 – Saint Croix, 1992), el primer texto de la autora que se traduce al catalán. Se trata de un libro breve pero de calado que aborda su experiencia cuando, en 1978, a los 44 años de edad, es diagnosticada de un cáncer de mama. Entre la memoria personal y la reflexión política y existencial, estos diarios muestran el abatimiento y el dolor físico, el miedo a la muerte o los momentos de esperanza y de alegría cotidiana que también forman parte del proceso pero, por encima de todo, muestran la determinación de Lorde para poner en palabras esa experiencia y adueñarse así del aprendizaje y el empoderamiento que conlleva. Para romper, en definitiva, con la “tiranía del silencio” que creía rodeaba la experiencia de las mujeres en general y el cáncer de mama en particular, máxime cuando la mujer en cuestión era negra, lesbiana y madre.
Y aunque Lorde reconoce que, aun en toda su crudeza, la enfermedad ha supuesto una vía de conocimiento para ella, critica ese positivismo tan caro al neoliberalismo que hace al individuo único responsable de todo cuanto le sucede, también de su enfermedad y de su curación. Es solo un primer ejemplo de la dimensión política del libro. La autora, que sufre una mastectomía, denuncia como el énfasis puesto por el sistema en la implantación de una prótesis, a la que ella renuncia, refuerza el estereotipo según el cual el aspecto central en la vida de una mujer es su apariencia física (sujeta además a la mirada del otro), incluso frente a una experiencia tan radical como una enfermedad que le confronta con la muerte.
La enfermedad, que deja al descubierto la vulnerabilidad de nuestros cuerpos y nuestra necesidad de los otros, tiene una dimensión existencial y política inevitable. La poeta no adoctrina, sino que reivindica la necesidad de enfrentar la enfermedad desde la propia circunstancia, animando así a cada uno a buscar su propio camino. En estos tiempos dominados por la enfermedad y en que muchos de los conflictos que el libro expresa están lejos de estar resueltos, estos diarios constituyen una lectura plenamente vigente.
01 domingo May 2022
Posted Acerca del cuerpo, Cultura, Libros
inEn mi artículo de esta semana en el Cultura/s de La Vanguardia escribo acerca de Los brotes negros, un libro en el que Eloy Fernández Porta relata y explora un trastorno de ansiedad padecido recientmente. Conmovedor, lúcido y muy valiente. Podéis leerlo íntegramente más abajo.
Los brotes negros, el último libro del escritor, crítico cultural y performer Eloy Fernández Porta (Barcelona, 1974) no es un ensayo, el género que más frecuenta. Esta vez se trata más bien de “literatura del síntoma”: el relato y la exploración de un trastorno de ansiedad y sus oscuras floraciones. En un registro que alterna sin apenas transición el diario, la correspondencia y el análisis, encontramos fragmentos de vida que se dirían escritos desde el vértice del dolor o algún lugar muy cercano, pero también la reflexión algo más distante acerca de esa experiencia: una búsqueda de síntomas previos, de causas u orígenes que lo llevan a la infancia, a la familia, a rupturas sentimentales y, por supuesto, a una lectura de la enfermedad entendida como la somatización por un cuerpo, el suyo, de las claves de la sociedad neoliberal introyectadas y llevadas al paroxismo: la velocidad, la producción, la exigencia incesantes.
Cuerpo y libro -perfectamente blanco, breve- se nos presentan frágiles, atravesados por las quiebras y contradicciones de nuestra contemporaneidad y por el grito con que se expresa la angustia. “Soy caja de resonancia de una patología comunal. ¿Quién no grita?”, escribe el autor de Afterpop. Enferma la sociedad entera, sí. Sin embargo, el dolor tiene siempre un cuerpo y un rostro concretos. O a propósito de un libro que hace de su dolencia materia prima narrativa, se pregunta: ¿qué diferencia hay respecto al mandato neoliberal que nos conmina a la superación y a la producción constantes?
Hay algo desasosegante y muy conmovedor en el libro de Fernández Porta y es que reconocemos los síntomas, el caldo de cultivo. Es el libro de uno de nosotros, de un agente cultural para ser más precisos, uno de los más dotados y exitosos por cierto. Sin embargo, no es Simone Biles (a la que él mismo alude) renunciando a competir por otra medalla olímpica ni Kurt Cobain dejándonos un bello y joven cadáver sobre el que apuntalar el mito del artista maldito. Se trata de algo mucho más cotidiano, carente de dimensión épica o trágica pero que destila un humanísimo dolor, humildad y valentía, lucidez tal vez a su pesar. “Al declararme incapaz trato en vano de impugnar un sistema que solo sirve para los superdotados y no podrá sino crear multitudes de tullidos afectivos, negados rencorosos, desechados, donnadies”. Quizá el único modo de salvarse sea tratar de escapar a esa lógica binaria del “capaz/incapaz” que responde además a unos estándares impuestos. La poesía y el arte escapan a esa lógica, aunque no a un sistema presto a inocularla de nuevo.
07 lunes Mar 2022
Posted Acerca del cuerpo, Cultura, La entrevista, Libros
inEn mi última colaboración para el Cultura/s de La Vanguardia escribo sobre El mal dormir, una reflexión en primera persona acerca de las procelosas aguas del insomnio con la que el escritor David Jiménez Torres se alzó con el I Premio de No Ficción Libros del Asteroide. En el artículo hablo también con el editor Luis Solano acerca del premio: el único galardón de no ficción del ámbito hispanohablante que se concede a proyecto y no a obra acabada.
Podéis leer el artículo completo aquí.
10 miércoles Nov 2021
Me llamo Fatima Daas. Soy francesa de origen argelino. Soy musulmana. O: Soy esa chica de barrio que observa los comportamientos parisinos. Soy una adolescente perturbada, inadaptada. Soy una mentirosa. O: Mi nombre es el de un personaje simbólico del islam. Mi nombre no puede ensuciarse, es un nombre que debo honrar. Así, con distintas y sucesivas variaciones, como una letanía, arranca cada uno de los capítulos de La hija pequeña, la primera novela de Fatima Daas, pseudónimo con el que esta joven francesa de padres argelinos, nacida en Saint Germain-en-Laye en 1995, ha irrumpido en el panorama literario francés, vendiendo más de 35.000 ejemplares y cosechando premios y el elogio de escritores como Virginie Despentes.
Así arranca mi última colaboración para el Cultura/s de La Vanguardia, donde el sábado pasado he publicado una crítica de novela La hija pequeña, debut de la escritora Fatima Daas. Podéis continuar leyendo más abajo.
Francesa de primera generación nacida en los suburbios de París, musulmana creyente y practicante a su manera, lesbiana, escritora… Con estos mimbres, no sorprende que esta primera novela inscrita en el género de la autoficción sea la herramienta que la autora se ha dado para construirse una identidad, y la fórmula que ha escogido para hacerlo resulta perfectamente elocuente y eficaz. En un momento de la novela, la narradora confiesa que hubiera querido ser imam. Y acaso lo que construye no es sino una suerte de letanía laica, una larga oración a través de la que descubrirse y autoafirmarse. Como si a fuerza de repetir las cosas, pudieran encajar todas esas facetas aparentemente contradictorias que conforman su existencia. Como si la escritura fuera, al fin, un espacio para habitar la contradicción.
Es una novela breve, de prosa clara y directa, no en vano una de las autoras citadas es Annie Ernaux. La letanía da paso al relato de episodios significativos de la infancia y la adolescencia y otros de un tiempo presente -ahí aparece su relación con Nina, el amor-, sin importar demasiado el hilo temporal porque lo que importa es la construcción yo. Así, a través de pocas pinceladas, logra construir un personaje, el suyo, muy creíble, complejo, y un entorno, su familia, el barrio, el instituto, sus amores, perfectamente reconocible.
No hay un gran desarrollo de los conflictos. No hay espacio y probablemente no era esa la intención. Eso quizá sea la materia de futuras novelas. Aquí el tema era la construcción del personaje y de la escritora, encontrar la voz. Y no hay duda de que lo ha logrado.
06 lunes Sep 2021
Etiquetas
Ariadna, Ariadna abandonada, mito, Nietzsche, Victoria Cirlot
En mi última colaboración para La Vanguardia, escribo a propósito del reciente ensayo de Victoria Cirlot, Ariadna abandonada, en el que la autora hace una nueva lectura de la vida y la obra de Friedrich Nietzsche a la luz del mito de la princesa cretense, que ocupó un lugar destacado en la biografía y la obra del filósofo. Podéis leer el artículo más abajo.