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Eva Muñoz

~ Periodista, guionista y creadora de contenidos

Eva Muñoz

Publicaciones de la categoría: Ultramarinos

Sagapò

11 Miércoles Sep 2013

Posted by Eva Muñoz in Cultura, Libros, Ultramarinos

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Acantilado, Renzo Biasion, Sagapò, Te quiero

Grecia en artículo Sagapò en blog Eva Muñoz

Antes de que termine definitivamente el verano quiero recuperar aquí uno de esos artículos que escribí para publicar en el diario en el que colaboro, lo arrolló el tiempo, y quedó inédito. Se trata de una reseña del conjunto de relatos Sagapò. Te quiero (Acantilado), que escribió el italiano Renzo Biasión tras su experiencia como soldado del ejército de Mussolini durante la Segunda Guerra Mundial, en Grecia. He recordado estos cuentos este verano porque uno de sus rasgos más característicos es la presencia del paisaje, del clima: radicales. Ese clima y ese paisaje extremos y la vaciedad del tiempo constituían el mayor enemigo de aquellos soldados, notablemente más que la población local, que trataba de sobrevivir a la ocupación a base de un férreo desprecio del enemigo/extranjero -como sólo las personas de comunidades locales, cerradas y rurales, son capaces de ejercer- que alternaba con una tolerancia del otro/ocupante. Lo extremo de dichos paisajes hace que a veces se antojen más fantásticos que reales: lunares, hiperrealistas. Esto es especialmente notorio en el relato Katina: la luz cegadora, el barro seco, los despeñaderos y, en medio de ese paisaje trágico, una trágica, memorable historia de amor de dos criaturas sencillas y emocionales: carne de cañón. ¡No se los pierdan! Aquí va lo que escribí para La Vanguardia.

Sagapò en blog Eva Muñoz

No sucede muy a menudo, pero a veces uno se encuentra con autores que tienen la impronta de los clásicos. Y no se trata de que Renzo Biasión (Treviso, 1914 – Florencia, 1996), autor de un único libro, Sagapò (Te quiero), escriba acerca de un acontecimiento que todavía nos concierne, como es la Segunda Guerra Mundial. Lo que nos concierne es su profunda comprensión del ser humano, que refleja desde la cercanía y la generosidad, con un estilo sobrio y despojado de todo afán intelectualista.

Su incursión en la literatura fue accidental. Biasión era profesor de dibujo cuando lo llaman a filas para participar en la ocupación italiana de Grecia: un empeño absurdo del megalómano Mussolini que fue criticado por el propio Hitler. En una situación de notable abandono por parte de los mandos, el mayor enemigo de los soldados italianos parece ser “una degradación que no conocía todavía y que provenía, sin duda, del ambiente físico; del clima; del aburrimiento tan sólo alternado con ritmo exacto por recurrentes momentos de un miedo loco”. En 1943, Biasión es deportado a Alemania y, no teniendo en prisión útiles para pintar, decide dar cuenta de su experiencia a través de un conjunto de relatos que han permanecido hasta ahora inéditos en español. Dice Del Buono, escritor contemporáneo del autor y que firma el prólogo, que estos textos muestran cómo aquellos hombres se las arreglaron para “hacerse con el mínimo de condiciones que cualquier soldado o persona que se encuentre en un estado análogo de coerción trata de procurarse para seguir siendo un hombre”, lo que parece una justa descripción de aquello que estos relatos tienen en común  y que, salvando todas las distancias, los ponen en relación con aquella otra experiencia radical de otro autor italiano convertido en escritor por las circunstancias de la guerra, Primo Levi, que lleva precisamente por título Si esto es un hombre.

La permanencia y la precisión con la que Biasión es capaz de transmitir aquella experiencia concreta de guerra, pero tantas otras cosas: el amor, las ilusiones, la felicidad que proporciona el comer y el beber en una situación de privación, la forma rápida pero definitiva en la que cambia nuestra suerte… amén de su capacidad para crear imágenes, para recrear un paisaje y una luz, y que revela la atenta mirada del pintor, convierten estos relatos en inolvidables.

Reivindicación del aburrimiento

10 Viernes May 2013

Posted by Eva Muñoz in Cine, Cultura, Libros, Ultramarinos

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La escuela del aburrimiento, Luigi Amara, Sexto Piso

ultramarinos

Ultramarinos

Con algunos de los artículos que los colaboradores de prensa escribimos para nuestros (es un suponer) respectivos diarios, pasa como con el pescado fresco: no salen en su día y van a parar a lo que en la jerga se denomina “la nevera” y, si te descuidas, acaban en el congelador, por no decir en la morgue. He decidido evitar tan cruel  destino a algunas piezas que no lo merecen (que no son todas). Estreno la sección “Ultramarinos” rescatando la reseña de un libro que leí hace unos meses: La escuela del aburrimiento, de Luigi Amara (Sexto Piso), bastante divertido, por cierto.

Eva Muñoz La escuela del aburrimiento artículo

Reivindicación del aburrimiento

“¿Cómo se vería la palabra ‘aburrimiento’ desplegada en letras rojas sobre las marquesinas de los cines?” Quien formula esta pregunta, el ensayista y poeta Luigi Amara (México D.F., 1971), parece convencido de que la respuesta sería algo así como: como una amenaza. Ni aun tomada como una provocación, la curiosidad de la mayoría lograría vencer el temor al tedio y las salas estarían condenadas al vacío de espectadores. Aun así, el autor ha tenido el arrojo de escribir un libro titulado, precisamente, La escuela del aburrimiento (Sexto Piso). Toda una provocación sobre la que la freak que escribe estas líneas se lanzó en picado en cuanto la tuvo entre manos. Y es que, en un tiempo en que la diversión ha adquirido la categoría de mandato universal, el aburrimiento se antoja como el único lugar para la disidencia, el único espacio desde el que conquistar una mínima autonomía.

Esa es la principal conclusión moral (y política, de hecho) del ensayo de Amara, miembro fundador de la Internacional Bostezante y autor de poemas como “Tarde de domingo” o “El cazador de grietas” (parece que su interés por el tedio es genuino y antiguo). Amara nos hace partícipes de su experiencia, consigna sus intenciones, temores, conjeturas, su pura operativa, al tiempo que acude a la “tradición” en torno al aburrimiento: Pascal, Montaigne, Nietzsche, Baudelaire, Schopenhauer, Benjamin, Debord, Warhol… Un recorrido que sitúa el aburrimiento como asunto tal vez marginal en cuanto a la importancia que el “canon” le otorga, pero tan central como constitutivo de la experiencia vital y en cuanto a su potencialidad creativa y, por ende, subversiva (precisamente al contrario de lo que proponían los Situacionistas).

En el periplo, Amara se sumerge en las a un tiempo confortables e inquietantes profundidades de su cuarto/cráneo, una vez desconectado de todo utillaje tecnológico y apenas acompañado por los famosos diez volúmenes que uno se llevaría a una isla desierta, para a continuación trasladarse a la ciudad de Las Vegas y descubrir que allí donde el aburrimiento es combatido con mayor ahínco es donde todo lo ocupa.  Al final, el autor propone una suerte de abrazo entre Perec y Debord: “en ese abrazo entre lo infraordinario y la revolución de la vida cotidiana, está la clave para mirar de frente al aburrimiento sin necesidad de enfrentarlo”. Una lectura liberadora de un refinado espíritu punk.

otras voces, otros ámbitos

Eva Muñoz Reivindicación del aburrimiento El sol del membrillo

Algunos ladrillos, en este caso cinematográficos, que a mí (que soy una freak y una esnob) me resultan fascinantes. La lista dista mucho de ser exhaustiva. En el terreno del cine, sería misión imposible, ergo: ¡aún hay esperanza, queridos disidentes! De casi todos los autores que cito podría mencionarse toda su filmografía. Y no he incluido a la parejita Straub-Huillet, pues la he tratado poco, pero me consta que están a la vanguardia de esta revolución tranquila. Por lo que se refiere a la geografía, nos hemos detenido en la frontera que, bajando los Urales, nos lleva hasta Persia. O sea, no hemos llegado a Extremo Oriente que, con luminarias como Wang Bing o Apichatpong Weeresethakul (alias Joe) son, también en este terreno, eso: muy extremos y radicales.

El sol del membrillo (Víctor Erice, 1992)

Five (Abbas Kiarostami, 2003)

Gerry (Gus Van Sant, 2002)

No quarto da Vanda (Pedro Costa, 2000)

Madre e hijo (Aleksandr Sokurov, 1997)

El caballo de Turín (Béla Tarr, 2011)

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