• Inicio
  • Acerca de mí
  • Prensa
  • Cine & TV
  • Una habitación propia
  • Libros

Eva Muñoz

~ Periodista y escritora

Eva Muñoz

Archivos de etiqueta: Libros del Asteroide

Retrato de la Rusia contemporánea

17 sábado Feb 2024

Posted by Eva Muñoz in Cultura, Libros

≈ Deja un comentario

Etiquetas

Kilómetro 101, Libros del Asteroide, Maxim Ósipov, Rusia contemporanea

Un preciso e implacable diagnóstico de la Rusia de hoy de una de las voces más críticas de la literatura rusa actual. Podéis leer mi crítica para el Cultura/s de La Vanguardia más abajo, o clicando aquí.

En la Unión Soviética, el kilómetro 101 tenía un significado preciso que excedía la distancia: informaba del delito político. Y es que los condenados a campos de trabajo por actividades contrarrevolucionarias tenían prohibido en adelante vivir a menos de 101 kilómetros de cualquier gran ciudad (me pregunto hasta dónde subyacía la voluntad de castigo y hasta dónde el temor a que los malos bolcheviques pudieran corromper a sus compatriotas a gran escala), por lo que muchos de aquellos condenados acabaron instalándose en ciudades de provincias como Tarusa, la localidad que inspira los relatos del libro de Maxim Ósipov (Moscú, 1963), el segundo del autor que publica Libros del Asteroide.

A esa ciudad se trasladó Ósipov, médico cardiólogo, desde Moscú en 2005 para recuperar el trato directo con los pacientes. También allí empezó a publicar cuentos, novelas, ensayos y obras de teatro que lo han convertido en uno de los autores rusos contemporáneos de mayor proyección internacional. A medio camino entre la gran ciudad y las zonas rurales, la ciudad de provincias se antoja el lugar ideal desde el que observar un país que, en palabras del escritor, ha cambiado mucho en las últimas décadas, pero nada en los últimos doscientos años. Los relatos, que se nutren de su propia experiencia, ofrecen un retrato preciso e implacable de la Rusia contemporánea: las desigualdades profundas, la decadencia de un estado autoritario y burocratizado hasta la inoperancia y el absurdo, el nacionalismo, la violencia, el desánimo, la alargada sombra del pasado soviético… pero también la humanidad de la gente común.

Observador agudo de la sociedad y sus congéneres, firmemente anclado a la materialidad de la existencia, irónico, antirretórico, Ósipov escribe como paseándose por las vicisitudes y los asuntos del día, alternando ahí la memoria y la reflexión. Relata un poco como si mantuviera una conversación, sucediéndose lo acontecido, las impresiones, los recuerdos… con la naturalidad, el capricho incluso, de ese género narrativo, al punto que a veces puede resultar algo confuso o descuidado. En su estilo voluntariamente austero y su actitud como narrador, Ósipov se revela genuinamente chejoviano.

En la más larga de las narraciones, «Kilómetro 101», casi una novela breve, el protagonista, alter ego del autor, se debate entre el afecto que le provoca el carácter acogedor y solidario, de colaboración con el vecino, propio de la vida rural, con la pesadumbre y la irritación que le causan la sensación de que nada funciona correctamente, de que los capaces se han ido, el sufrimiento innecesario… Esa ambivalencia está presente en toda su narrativa y tiene su perfecto correlato en la naturaleza moral (¡que no moralista!) de su escritura: junto a su crudeza, sus relatos son de algún modo luminosos, una luz que parece emanar de su apego a la vida y al prójimo.

En 2022, poco después del inicio de la guerra de Ucrania, Maxim Ósipov se exilió en Alemania. «Frío, vergüenza y liberación. Crónica de un viaje» es el elocuente título del relato con el que se cierra el libro.

¡No se pierdan a Nora Ephron!

01 sábado Jul 2023

Posted by Eva Muñoz in Cultura, Libros

≈ Deja un comentario

Etiquetas

Libros del Asteroide, Narrativa personal, No me gusta mi cuello, Nora Ephron

Una nueva entrega de textos de la escritora neoyorquina, con los clásicos ritmo, humor y frescura de la autora.

Podéis leer mi crítica para el Cultura/s de La Vanguardia más abajo, o clicando aquí.

Confieso que el título, No me gusta mi cuello, ya me atrapó (cualquier mujer que, como yo, haya superado los cuarenta, incluso ampliamente, sabrá de lo que hablo; o de lo que hablamos Nora y yo si me permiten la familiaridad). Pero cuando vi que a ese “No me gusta mi cuello” que da título al libro y al primer capítulo, sucedía un “Odio mi bolso” o un “Sobre el mantenimiento” donde, bajo un epígrafe que dice sucintamente “Pelo”, leemos: “a veces creo que no tener que preocuparse nunca más por el pelo es el lado bueno secreto de la muerte”, supe varias cosas: que Nora Ephron (Nueva York, 1941-2012) me había conquistado. Que Nora Ephron era lo más parecido que había encontrado a Woody Allen, pero en chica. Y que cuando fuera mayor yo quería ser Nora Ephron. Bueno, a esto parece que llego un poco tarde, sobre todo en cuanto a condiciones salariales se refiere. En fin, son otros tiempos.

Nacida en el seno de una familia judía neoyorkina, cuando con solo cinco años se mudó temporalmente a Los Ángeles, la futura periodista, escritora y cineasta ya se sintió fuera de lugar lejos de la gran manzana. Pero volviópronto y ya no se movió de Manhattan salvo para cambiar de apartamento, y un breve periodo que pasó en Washington, de donde regresó tras divorciarse de su segundo marido, el también célebre periodista Carl Bernstein. Todo esto lo explica en otra de las piezas que componen este libro, “La historia de mi vida en algo menos de 3.500 palabras”, a mi juicio una de las más brillantes y que dan cuenta tanto de su inconfundible voz y sentido del humor como de su habilidad narrativa. El gran sentido del ritmo que hace que sus artículos o narraciones no desfallezcan ni un segundo, está en verdad presente en todas sus piezas, como también esa capacidad para dotar a su escritura de una frescura y naturalidad que hace parecer extraordinariamente fácil lo que sin duda requiere de mucho oficio y talento.

La también autora de No me acuerdo de nada o Se acabó el pastel, genuina representante de eso que se da en llamar humor judío, empezó su carrera como periodista y siguió como escritora y cineasta, aunque su sentido del ritmo y su apego a la realidad como material narrativo -a su propia vida-dicen que nunca terminó de abandonar la profesión. Su vínculo con la ciudad de Nueva York es otra de las constantes de su escritura; un amor del que habla la estupenda narración “Pasar página” y que es también visible en películas como Cuando Harry encontró a Sally, de la que es guionista y probablemente una de sus más logradas contribuciones en el ámbito cinematográfico, terreno en el que también dirigió y produjo. Pero su escritura para cine no tiene el punch de su narrativa, repleta de una ironía con la que se enfrenta al absurdo y la negrura de la vida.

De hecho, otra de las marcas de la casa es esa capacidad para, desde una aparente ligereza, abordar algunas de las dimensiones más complejas de la existencia, como el envejecimiento o la muerte. En fin, los libros de Nora Ephron son tan divertidos y vitales que debería recetarlos el médico. ¡Yo me voy a por otro!

Posts recientes

  • Recuperar las alas
  • De la gran expansión a las crisis: el peso de la cultura en la democracia española, a debate
  • Una grotesca Rusia neomedieval

Categorías

  • Acerca del cuerpo
  • Arte
  • Chorlitos' Place
  • Ciencia
  • Cine
  • Cultura
  • Economía y Política
  • El salón mínimo
  • Filosofía
  • La entrevista
  • Libros
  • Música
  • poesía
  • Teatro
  • TV
  • Ultramarinos
  • Una habitación propia

Meta

  • Crear cuenta
  • Iniciar sesión
  • Feed de entradas
  • Feed de comentarios
  • WordPress.com

Blog de WordPress.com.

  • Suscribirse Suscrito
    • Eva Muñoz
    • Únete a otros 29 suscriptores
    • ¿Ya tienes una cuenta de WordPress.com? Inicia sesión.
    • Eva Muñoz
    • Suscribirse Suscrito
    • Regístrate
    • Iniciar sesión
    • Denunciar este contenido
    • Ver el sitio en el Lector
    • Gestionar las suscripciones
    • Contraer esta barra
 

Cargando comentarios...