Etiquetas
amanecer
blancas arquitecturas
vida silente
amanecer
de la mano los fardos
grupos de gente
amanecer
página en blanco el mar
surcan gaviotas
amanecer
rojo círculo el sol
incandescencia
amanecer
arde bajo la piel
la vida nueva

08 miércoles Nov 2017
Posted in poesía, Una habitación propia
Etiquetas
amanecer
blancas arquitecturas
vida silente
amanecer
de la mano los fardos
grupos de gente
amanecer
página en blanco el mar
surcan gaviotas
amanecer
rojo círculo el sol
incandescencia
amanecer
arde bajo la piel
la vida nueva

27 lunes Mar 2017
Posted in poesía, Una habitación propia
tomar un baño de mar en invierno
gritar de frío
reír de pura energía que desborda
apenas las gaviotas y los veleros
contemplar
el skyline de Barcelona entre la calima
la curva del hotel que espejea
sumergirse en el haz de luz que penetra el agua
frotarse la piel
y plantarse ahí sobre la arena
entre el mar y el viento
y el sol
que ahora está alto
crecer varios centímetros
emerger de la tierra y cubrir todo el espacio hasta el cielo
no hay cesura
una columna bien anclada a tierra.
30 domingo Oct 2016
Posted in Acerca del cuerpo, Cine, Cultura, poesía, Una habitación propia
La belleza de A Quiet Passion (Historia de una pasión) hiere. Heridas de imposibilidad de absoluto y de melancolía. Así están las mujeres de A Quiet Passion. Así están Emily Dickinson y su madre: una presencia, la de esta última, que en su casi mudez, casi habitante del mundo de las sombras o de los muertos, me parece determinante. Y hay un momento en que habla que es para mí crucial: cuando evoca la maravillosa voz de aquel muchacho que murió a los diecinueve años y cantaba en la iglesia. Se diría que aquella mujer quedó anclada en aquel instante. Su emoción, su hálito vital, ella entera, quedó allí, y lo que sigue entre los vivos es apenas una cáscara… Desconozco absolutamente la intención de Terence Davies. No soy más que una lectora reciente y aún poco conocedora de Dickinson. Pero para mí ahí reside la clave de la película, ese es el momento que me permitió entender el drama de esas mujeres, de Emily, de su madre: la imposibilidad de absoluto, sea este Dios o el Amor. Su ausencia en esta vida. O, tal vez, su evanescencia, su estado de perpetua promesa, su pertenencia a un tiempo que nunca es presente… y la consiguiente melancolía que en ellas, en ella, Emily, un ser extremo, deviene insoportable. Más aún cuando se ha confinado a todas esas mujeres fuera del cuerpo (a toda la sociedad, en verdad, pero siempre es en ellas en quienes recae la responsabilidad de velar por el mantenimiento de la cosas: el hogar, las normas, la cultura…), pues aunque los misterios del amor (o los de Dios) son del alma, un cuerpo es el libro en que se leen.
Ellas dos, madre e hija, son el otro rostro del imperio de la ley del padre: ese mundo victoriano, ascético, aplastado por el absoluto de Dios, de la ley, del rigor, que pretende contener las pasiones y el cuerpo, donde residen, para contener un mundo que se desborda… para que toda la energía sea trabajo y loa a Dios y a la Ley en su perpetua reproducción. Emily es plenamente consciente de las grietas, de las más hondas, por las que se cuela la intensa llama que alumbra su poesía, pero es difícil sostener tanta melancolía…
Acostumbrados a un dibujo simplificador que sitúa a la poeta mucho más en la esfera del padre que en la de la madre, como una solterona mística y contenida, ajena a las pasiones del mundo, constituye un hallazgo la mirada de Terence Davies. Porque Emily Dickinson ardía de amor, de un amor carnal y real que la fundía a ella toda en espíritu.
14 viernes Oct 2016
Etiquetas
David Casassas; Boreal Invierno Austral; Animal Sospechoso; Hans Laguna; Cristina Ortiz; Pipa Club

La poesía de David Casassas es corporal, terrenal, elemental. Está atravesada de luz, asombro, amores incipientes, sur. Es impura, manchada de realidad y se expresa en dos lenguas. Ayer dijo sus versos de pie y sonaron bien, en el espacio que también creaba la música envolvente de Hans Laguna, las fotografías de Cristina Ortiz, que le acompaña en el libro Boreal Invierno Austral. Lo edita Animal Sospechoso y lo presentaban en el Pipa Club, el que reabrió en Gracia, que se llenó, a pesar de la lluvia. No estábamos todos pero éramos muchos. Y fue emocionante.